Después de una tormenta un árbol me regala una rama. Eramos 4 perras corriendo, una con la rama. Tres detrás de ella. Jugando y riendo me envuelve el silencio, justo antes de comenzar a ladrar. Y la veo. y me veo.

Y sucede ese instante eterno donde la Belleza lo habita todo y puedo verla. Y me atrevo a ser parte de ella. Y entro en el vacío. Ese espacio en construcción hace años. Tan vacío, tan simbólico. Me visto de negro. Me maquillo. Trípode, cámara y un manojo de salvia para quemar. Y entro al vacío como una Bruja con todos sus miedos por su anhelo de Ser, tan voraz.

Dos años después revelo y edito las fotos. Y sucede ese puente donde el tiempo es circular. Y me veo. Ya no hay tantos miedos, y el anhelo de ser comienza a ser experiencia de ser.

[Autorretrato. Misiones, Argentina 2021 ]

Leave a Reply